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viernes, 12 de octubre de 2012

César Lainez, el guerrero aragonés

Ginés Rubio 12-10-2012
Solemos contar las historias bonitas del futbol pero tendemos a olvidar cuando tienen una parte cruel.
En este caso hablaremos de un jugador al que le salió cruz: César Lainez.


Zaragozano de nacimiento se formó en las categorías inferiores de su tierra hasta que en el año 1998 saldría cedido al Villarreal. Esa temporada debutaba en primera con el submarino amarillo y regresaba al equipo maño.

A partir de ahí siete temporadas defendiendo la portería de Zaragoza. 103 partidos.

En 2005, con 28 años estaba en el mejor momento de su carrera. Era el líder de su equipo y uno de los mejores porteros de España. Además la temporada pasada habían ganado la Copa del Rey y la Supercopa de España.

Pero en paralelo a los buenos momentos se seguían repitiendo los constantes problemas en las rodillas que frenaban su progresión.

A finales de Mayo de ese año decidía poner punto y final a su carrera. El motivo principal lo dejaba claro en la rueda de prensa de despedida: “Mi vida cotidiana corre peligro”.

Pero Lainez no era un simple buen portero. Era el referente de su equipo, tenía el carácter para dirigirlo desde dentro y una conexión con la grada extraordinaria (al fin y al cabo, pese a que uno estuviese en el césped y los otros viéndolo, les unía un mismo amor por el Real Zaragoza.)

Pese a ser clave en la victoria en la Copa de 2004, considera que el mejor momento de su carrera fue el ascenso a primera. Si, había ganado títulos, pero aquel ascenso que devolvía al Zaragoza el rumbo significo más. Él se consideró culpable del descenso (esa temporada había vuelto a la titularidad cogiendo el relevo a Juamni) y rindió al 200% para devolver a su equipo a la élite.

En la actualidad trabaja comentado partidos en Aragón Radio y como preparador de porteros de la Sociedad Deportiva Huesca.


Cesar Lainez era un portero ágil y seguro, luchador ante todo y se sobrepuso a su problemas de ligamentos durante varios años, unos ligamentos que nos privaron de ver hasta donde podía llegar este guerrero aragonés.

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