Ginés Rubio 28/09/2012
Miercoles 22 de Diciembre de 2010. El Real Murcia era líder del grupo IV de
Segunda División B y buscaba cerrar el año invicto. El Puertollano visitaba el
feudo grana. Ese día estábamos en familia, miércoles a las 20:30 no era
una buena fecha para un partido.
Un hombre pululaba por el Fondo Sur de Nueva Condomina, intentando encontrar alguien que compartiese
sus pensamientos. Recuerdo de él que llevaba gafas de sol pese a que la los
focos ya estaban encendidos un rato. Se sentó junto a mi cuando por megáfono
comenzaban a escucharse las alineaciones, "11 del Real Murcia: Con el 1 Alberto" y ahí saco su tema:
"Con este portero no ascendemos,
tiene que poner al venezolano que para pentalis, llegaremos a los playoffs, no
podremos marcar y nos eliminarán en los penaltis".
El recordar tan apocaliptico mensaje es para poner un ejemplo de que hay
gente cerrada de mente que cuando crea una opinión no la suelta. Y es que, si había
un jugador en ese momento que llevaba una temporada intachable era Alberto
Cifuentes. Era el portero menos goleado de todo el futbol español y hombre
clave cuando los rivales apretaban, pero aquel fatídico día en Montilivi le había
dejado marcado para este señor. Daba igual lo que hiciera, para él siempre
sería "el que se metió el penalti en
Gerona"
Eso pasa hoy en día, supongo que no sólo en Murcia, pero es el ejemplo que
vivo, con jugadores como Sutil y Chando. Sus malas temporadas la campaña pasada
hacen que una parte de la grada les haya echado la cruz y no le den el beneficio
de la duda este año. Paco debutó con pitos en Nueva Condomina este año y vi mil
mofas de la mala primera parte del balear ante el Recreativo. Lo triste es que
en ellas parecía esconderse un pensamiento: "Menos mal que no lo ha hecho bien, ¡a ver con quien me meto entonces!".
Pese a ser opciones respetables, las veo contraproducentes, ya que el que no
rindan dos jugadores a quien perjudica es al Real Murcia, ellos tienen
suficiente cartel como para seguir en Segunda División sin problemas pese a que
hagan otro año nefasto.
Todo esto se debe a que la desilusión comienza condir, ya son muchas
temporadas sin alegrías desde aquel ascenso con el gol de Iván Alonso en 2007.
El año en primera, pese a disfrutar de la máxima categoría, tampoco es que
fuese un año demasiado feliz culminando con un descenso que se veía venir desde
demasiado pronto.
Después, año tras año con el objetivo único de ascender y año tras año recibiendo
el palo de una temporada mediocre, terminando sufriendo para salvar la categoría
hasta que en 2010 se volvió a Segunda B, lugar inevitablemente cuando haces las
cosas mal por sistema.
Ese debía ser el nuevo punto de partida, la catarsis grana, el corregir los
errores del pasado empezando por deshacerse de jugadores con sueldos y nombres
de estrella y rendimientos que no se correspondían precisamente a eso.
El año pasado el objetivo desde el principio era la salvación para comenzar
a encontrar la estabilidad. Pero una racha de diez partidos sin perder hizo que
se lanzaran las campanas al vuelo "¿Por
que no podemos mirar arriba? ¿Por que
no podemos llegar a play offs? El equipo no sabía a lo que jugaba, los
goles los marcaban los defensas y los delanteros a penas tenían ocasiones, pero
la pelotita entraba y los partidos se ganaban, ¿que más daba lo demás? La
suerte se acabó y comenzó la bochornosa segunda vuelta digna de volver a
Segunda B, con muchas jornadas por delante cuyo único objetivo era conseguir la
salvación matemática y que todo acabara cuanto antes.
Este año se comenzó diciendo que el objetivo era estar entre los seis
primeros (mucho antes de conocer la plantilla y ni tan siquiera al
entrenador) y se comenzó mal cuando Jesús Samper dijo a la afición que
estuviese tranquila, que el técnico ilusionaría al anunciarlo. "Gustavo Siviero". La gente se quedó
fría. Si bien el técnico está sorprendiendo muy gratamente, para la mayoría de
pimentoneros era un desconocido, por lo que en ese momento ilusionar no
ilusionaba mucho.
Tras un comienzo dubitativo llegó el partidazo del Molinón. Cosas
ilusionantes en varios aspectos y una euforia desmedida de "este es
nuestro año". Incluso creo recordar que en una entrevista se comentó que
el objetivo debía ser el ascenso directo. Perdónenme, pero me parece una
soberana estupidez cambiar los objetivos tras tres jornadas.
Después de tres jornadas consecutivas sin ganar el ánimo ha decaído y ya se
duda de las posibilidades de luchar por el ascenso. Este veletismo está causado
por los errores del pasado, por no querer pensar que vaya a pasar otra
vez. Por no aprender del pasado.
Pienso, a día de hoy, después de la derrota en Soria lo mismo que tras el
partido contra el Sporting: vamos a esperar. En una liga con 42 partidos solo 6
jornadas no son decisivas, y más cuando se han visto cosas que pueden invitar
al optimismo. Demos un margen, si el equipo consigue jugar 70-80 minutos como
varias partes de este año, sigue queriendo cuidar el balón y mantiene esa
presión asfixiante en campo rival, se puede acabar disfrutando este año.
Sólo espero que, si han de llegar los resultados, que vengan pronto, porque
sino la presión hará que se pase al resultadísimo, caigan Emilio o Matilla del
once y vuelva el doble pivote Nafti-Acciari y nos quedaremos sin ver si este
equipo podía hacer un buen futbol.
Terminaré con una reflexión: Si el Real Murcia es el "Rey" de
Segunda es precisamente porque es su hábitat natural. Poner su
"reinado" como motivo del ascenso no lo veo lógico.
viernes, 28 de septiembre de 2012
Real Murcia: El Rey reina, pero no gobierna
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